sábado, 13 de abril de 2024

3. Brrrrm-brrrrm, cierren escotillas que nos vamos

¡¡Ay qué nervios que tengo, que mañana tempranito sale mi primer avión, más abajo les digo a dónde!! Además de las cosas que les he ido contando, este viaje tiene por objeto corroborar la tesis de que la Tierra es redonda, al contrario de lo que creen los terraplanistas, que no se mueven de su ciudad, no sea que vayan a llegar al borde del abismo que rodea la tierra plana que ellos imaginan, para precipitarse en el vacío sideral. Yo voy a salir hacia el Este y voy a ir siempre más o menos en esa dirección, hasta volver por el otro lado. Pero de todas maneras, los gallegos como yo sabemos que la Tierra es redonda, o dicho con más propiedad, esférica. Los gallegos ya teníamos esa convicción antes de que la demostrara Galileo, porque nosotros sabemos que a cualquier lugar que vayamos, lu mismo se va por la derecha que lu mismo se va por la izquierda, en nuestra tierra cada uno va por dónde le sale de los fuciños, arre carallo. Vean una imagen que lo demuestra.

Yo voy sólo a comprobar lo que los gallegos ya sabemos. Pero hoy, antes de partir, quiero explicarles algunas cuestiones técnicas del blog y ciertas implicaciones literarias. Para que me sigan en este blog, he elaborado un mailing en el que tengo más de sesenta direcciones. Cada vez que escriba una entrada, o post, le doy al mailing y a cada uno de ustedes les llegará un enlace. Lo pinchan y tienen el nuevo post a su disposición. Por cierto, ese correo pueden rebotarlo libremente y hacérselo llegar a cualquiera que ustedes consideren que les puede gustar mi peripecia. Como han visto hasta ahora, cada entrada de las que he publicado ha recibido más de cien visitas. No creo que supere mucho esa cifra. O sea que, técnicamente, esto es lo que los expertos informáticos definen como un blog zombie.

Hasta los más estúpidos influencers, youtubers y similares cosechan entre mil y diez mil visitas. ¿Cómo se hace eso? Pues muy sencillo: asociando el blog a una cuenta de Twitter o Instagram. Pero yo no quiero eso, porque no tengo ningún interés en ser famoso. Cuanto más se amplía el foco, más posibilidades hay de que entren por aquí todo tipo de haters, trolls y energúmenos de esa calaña. Yo prefiero que esta tribuna sirva para estructurar un pequeño club de seguidores tranquilos, que puedan seguir por dónde voy y qué cuestiones me pasan por la mente. En cualquier caso, esto es una forma de arte efímero, es literatura de usar y tirar, y les recomiendo que no se demoren mucho para leer los posts que les envío. Si lo dejan una semana o más, además de que se quede viejo, es posible que Youtube elimine los vídeos que yo les pongo. Las fotos no desaparecen porque son mías.

En fin, este blog y el viaje que va a cubrir componen una aventura vital, existencial, pero sobre todo literaria. Y, hablando de literatura, les quiero aclarar unos cuantos temas. Como les dije en el Post #1, he tenido diferentes escarceos con la creación literaria y puedo contarles algo al respecto. En el improbable caso de que usted, querido lector, quiera escribir una novela, ha de saber que por detrás de todo el tinglado hay una industria editorial, que sólo mira por los aspectos de negocio. Es decir, que, no siendo usted famoso y conocido (por ser locutor de televisión, músico, influencer o habitual de las revistas del corazón), no va a encontrar a nadie que se lo publique. A menos que gane un premio de mayor calado del que yo conseguí. Si es usted popular, o tiene un amigo en el business, puede que lo consiga.

Pero en ese todavía más improbable supuesto, digamos que usted se pone a escribir, sufre como un cerdo y consigue poner la palabra fin. Pues desde ese día, hasta que los lectores pueden encontrar su libro en las librerías, pasa al menos un año, si todo va sobre ruedas. Muy bien, pues todo ese complejo y abstruso proceso, yo me lo salto con este blog. Me lo paso por la entrepierna. Estamos en el siglo XXI y ya no es cosa de ponerse a escribir con pluma de ganso, sino de aprovechar los medios de escritura actuales. Ahora, yo escribo algo por la noche al llegar al hotel, y ustedes lo pueden leer a la mañana siguiente. Al fin y al cabo, el hecho de la literatura sucede cuando alguien escribe algo y otra persona diferente lo lee y dice: joder, cómo me ha gustado esto. Yo les estoy ofreciendo una suerte de literatura instantánea, como el Nescafé. Un soluble de literatura para sus ratos de descanso. Tampoco tengo mayores ínfulas ni pretendo hacer una obra de arte. Decía Unamuno que la literatura consiste en extraer lo universal de lo cotidiano. Y eso es lo que yo voy a intentar hacer. 

El verdadero arte es sencillo. Vean por ejemplo lo que hace Connor Selby, la nueva sensación del blues británico. Es este un chaval que nunca sonríe, tal parece que las cosas que cuenta en sus letras son ciertas, como en la canción que les pongo abajo: desde que era un niño, siempre me he sentido excluido, cada cosa que emprendo acaba por salirme mal, es como si hubiera nacido para perder, por eso voy a seguir cantando blues; no tengo a nadie que me ayude, nadie que vele por mí, paso las noches solo, llorando todo el rato, todo lo que necesito, todo lo que busco es alguien que me quiera, alguien que cuide de mí, pero creo que nunca te tendré, nunca aquí a mi lado, cualquier día me despertaré y me encontraré viejo y gris, pero seguiré cantando blues. Si ustedes no tenían claro lo que es un blues clásico de libro, vean este vídeo. Es un prodigio de sentimiento.

Aquí está ya planteado el tema en el que quiero que profundicen conmigo. Ya les he dicho que esto no es un diario, ni un reportaje ni un cuaderno de bitácora; esto es literatura. ¿Entonces, las cosas que yo cuente se las tienen que creer a pies juntillas, se las tienen que tomar como ciertas en todos sus detalles? Complejo asunto. Antiguamente, las novelas eran ficción, pero ahora ha entrado a saco en la literatura la moda de la llamada autoficción, en la que el escritor se basa en su experiencia personal, para contarla con una cierta licencia para fabular e inventarse partes del desarrollo de la novela o lo que sea que escribe. Si no la han visto, les recomiendo que vean la excelente película francesa Anatomía de una caída, que es la que ha ganado el Óscar a la mejor película extranjera este año.

En este film se estudia el tema de la autoficción a fondo. El marido de la protagonista aparece muerto en la primera escena, parece que se ha caido por una ventana. Y la policía empieza a investigar a la esposa, por creer que es ella la que lo ha empujado en el transcurso de una discusión. Y resulta que la señora es escritora de éxito. Y su libro más conocido narra una crisis de pareja en la que la esposa termina empujando al marido por una ventana y lo mata. El tema va a juicio y el fiscal del caso se basa en pasajes enteros del libro para apuntalar su teoría, mientras que el defensor sostiene que eso es ficción escrita años antes y en ningún caso puede ser tenido en cuenta como prueba. No les cuento más para no fastidiarles la peli, si es que optan por verla.

Quien inició esta tendencia de la autoficción fue Truman Capote, con su novela A sangre fría. El tipo convivió un montón de tiempo con dos condenados a muerte por un crimen horrible, habló a fondo con ambos y escribió un tocho enorme que es extraordinario, en el que sustentaba una tesis diferente a la del juez que les condenaría. Capote se convirtió de la noche a la mañana en un personaje famoso, a cuenta de su best seller, y los periodistas lo acosaban en todas las entrevistas que le hacían para que dijera si lo que había escrito era o no la verdad. Y Capote, cuando ya le hincharon las narices, les dio una respuesta que me parece genial: ya va siendo hora de que empiecen ustedes a diferenciar la verdad del relato estricto de los hechos. A sangre fría no es periodismo, es literatura.

Así que no descarten que en este blog yo les cuele alguna bola. Y no me pregunten por ello. En general, ya les digo que las cosas más increíbles de un relato son las verdaderas, ningún escritor tiene la capacidad de inventarse cosas tan disparatadas como las que suceden en la realidad. Cuando a García Márquez le preguntaban cómo hacía para inventarse lo que escribía (y que se dio en llamar realismo mágico), él contestaba: no, si yo me limito a contar lo que veo, a hacer una crónica de lo que sucede cotidianamente en estas tierras de Sudamérica. Por otro lado, no se olviden que soy gallego, así que lo que les voy a ir contando en este blog, lu mismo es cierto, que lu mismo no lo es, arre coño. Pero confíen en que, según la diferenciación de Truman Capote, les voy a decir la verdad.

También quiero hablarles de algo que me encanta: las frases o pasajes con doble sentido, que pueden interpretarse de varias maneras. Les pongo dos ejemplos. En 1966, Bob Dylan, en la cumbre de su creatividad literaria y musical, preparaba un nuevo disco. Y estaba empeñado en que se titulara como una de las canciones que había grabado: Every body must get stoned. Eran los tiempos de las grandes protestas contra la guerra de Vietnam en las que la policía llamaba a los antidisturbios (riot police) para que les zurraran bien a los manifestantes con sus porras y sus gases lacrimógenos. To get stoned es precisamente ser aporreado. Pero to get stoned es también estar fumado, estar pedo. Y ese era el doble sentido que buscaba Dylan.

La letra de la canción dice: te aporrearán cuando estés dando un paseo, te aporrearán cuando estés leyendo un libro, te aporrearán cuando vayas al café, te aporrearán cuando estés poniendo la mesa, etc, etc, una serie de situaciones cotidianas tras las que viene el estribillo: pero tú no deberías sentirte solo, porque todo el mundo debe ser aporreado. O todo el mundo debe estar fumado. En fin, a la discográfica no le hacía ni pizca de gracia que el disco se titulase de esa manera, así que presionó para que se cambiara el título. Finalmente se llamó Blonde on blonde (es mi disco favorito del maestro). Pero no se contentaron con eso. Pidieron que la canción no se incluyera en el álbum, a lo que Dylan se negó. Entonces le dijeron que al menos le cambiara el título. Dylan se vio forzado a hacerlo y, como protesta, la titulo Rainy day women #12 & 35. Es decir: mujeres en día lluvioso, números 12 y 35. Puro dadaísmo. Escuchen esta maravilla, de aire circense, una verdadera gamberrada del gran Bob.

Pero el cambio de título no le libró del escándalo. Además, el jolgorio que se traen los músicos durante la grabación del tema, que incluso le hacen reír a Bob en un par de momentos, parece sugerir que estaban todos bastante pasados. Así que enseguida empezaron las entrevistas en todos los medios y la pregunta inevitable: ¿Está usted animando a que la gente se drogue? Su respuesta: no, no, para nada, yo sólo he dicho Every body must get stoned, las interpretaciones sobre esto las hacen ustedes los periodistas, yo jamás pediría que la gente se drogara. No le pudieron sacar de ahí.

Años después, el alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, reprodujo la historia (es creíble que un tipo tan culto como él conociera la anécdota de Dylan). Al comienzo de un concierto de rock en el Palacio de los Deportes de Madrid, a Tierno, el más dylaniano de nuestros políticos capaz de recibir al Papa con un discurso en latín, le pasaron los micrófonos mientras la gente estaba acabando de sentarse y dijo para la posteridad: Rockeros, el que no esté colocado, que se coloque y al loro. Después, la prensa canallesca lo acosó también con la misma pregunta: ¿está usted incitando al consumo de droga? A lo que Tierno respondía igual que Dylan: no, no, yo he dicho el que no esté colocado, que se coloque y al loro, esa interpretación que usted me atribuye es sólo suya.

En conclusión, yo que ustedes no me confiaría. Yo prometo decirles la verdad, aunque no me ciña al relato estricto de los hechos. Pero ya quedan advertidos de lo que les espera. Hasta pudiera ser que todo esto sea un gran bluf y yo no salga de mi casa y escriba mis posts encerrado en mi dormitorio, con el gato. No sé si conocen la novela de Vázquez Montalbán Los mares del sur. La acción arranca cuando aparece un cadáver en un barrio de chabolas del extrarradio de Barcelona. El análisis de ADN revela que se trata de un tipo que años atrás desapareció de su vivienda en un barrio elegante del centro, diciendo a todos sus familiares y amigos que se iba a los Mares del Sur. Y lo que hizo fue esconderse en un barrio mísero. No olviden tampoco el caso de Emilio Salgari, que escribió decenas de novelas de aventuras en esos mismos Mares del Sur, con personajes inolvidables como Sandokan, y todo ello lo hizo sin haber salido nunca de Italia, por cuyas ciudades del norte fue malviviendo de sucesivos empleos precarios. Era un farsante, pero escribía unas novelas magníficas.

Muy bien. Aquí lo dejaremos. Mañana empiezo mi singladura con un vuelo que sale muy tempranito de Barajas. ¿Cómo dicen? ¿Que no les he dicho todavía a dónde voy? Desde luego, qué olvido más tremendo. ¿Cómo se me ha podido pasar? Muy bien, mi vuelo de mañana me llevará a la noble y muy hermosa ciudad italiana de Bologna. Primera estación de mi vuelta al mundo. En otras circunstancias, yo les pondría aquí la canción de los Ramones que dice Hey, ho, lets go, pero quiero que me acompañen a la bella Italia y parece más adecuado que sigamos al gran Paolo Conte. Como él, yo les exhorto: Andiamo vía. Vía, vía, vieni vía con me.  

12 comentarios:

  1. Emilio, que tengas un feliz comienzo del viaje. Deseosos de leer el siguiente

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    1. Pues muchas gracias, pero si no me ponéis quiénes sois, no puedo saberlo. Se puede firmar dentro del propio comentario, al final. O bien mantener el anonimato, que siempre induce un punto misterioso.

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  2. Emilio gracias por invitarme a este viaje que haré contigo, siguiéndote en todas las ciudades y sin poner un pie en el puto campo, a mi edad, desde lo bien que estoy aquí tranquilo en casa, donde ni por acaso me falta de nada y ya sabes de qué te hablo.
    Y muy bien el clip de Connor Selby, magnífica canción cantada siguiendo lo que dicen Crosby, Stills, Nash & Young en Carry On: To sing the blues you've got to live the dues and Carry on.
    Pero tú no te preocupes, que puedes seguir con el blues aunque seas feliz como una perdiz. Siendo gallego ya te convalidan la morriña y el sentimiento por the dues. El color de la piel tampoco importa, ya lo dijo Mike Bloonfield creo que en la película documental de Monterrey Pop: para estar en el blues no hace falta ser negro, hasta puede tocar un judío como yo.
    Lo dicho, buen viaje.

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    1. Muchas gracias, amigo, espero estar a la altura de seguidores tan sensibles e informados como tú. Un fuerte abrazo.

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  3. Buen viaje y buen comienzo de andadura. Ya sabes aquellos versos de Kavafis : " Buen viaje para los guerreros que a su pueblo son fieles...y que regresen plenos de vida y conocimiento"

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    1. Gracias, trataré de ajustarme al verso de Kavafis, por la cuenta que me trae.

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  4. Emilio qué envidia sana me das!!! Te deseo todo lo mejor en esta aventura. Me encanta tener amigos como tú, que persiguen sus sueños. Un gran abrazo!!!

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    1. Querida Sonia, aquí me tienes recorriendo una parte de tu querida Italia. Me hace mucha ilusión que me sigas. Besos.

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  5. Buen viaje Emilio, disfrútalo, pásalo bien y vete contando tus anécdotas y experiencias, que haremos nuestras. Un abrazo

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    1. Pues lo mismo que el de más arriba, no caigo de quién eres, pero muchas gracias de todas maneras.

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  6. Emilio, sé que con el espíritu que tienes, te va a ir muy bien. De hecho, estoy segura que vas a disfrutar un montón de esta aventura, y que también lo haremos todos los que te seguimos. Me das mucha envidia, de la única que hay...

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